Las estaciones se producen debido a la inclinación axial de la Tierra en su eje de rotación. La inclinación axial es el ángulo de inclinación de la Tierra en relación con su órbita alrededor del Sol. Esta inclinación es de aproximadamente 23.5 grados.
Cuando la Tierra gira alrededor del Sol, cada hemisferio recibe diferentes cantidades de radiación solar debido a esta inclinación. Durante el verano en el hemisferio norte, el ángulo de incidencia de la radiación solar es mayor, lo que resulta en una mayor cantidad de energía y, por lo tanto, un aumento de la temperatura. En el hemisferio sur, el ángulo de incidencia de la radiación solar es menor, lo que resulta en menos energía y una disminución de la temperatura.
La inclinación axial también afecta a la duración del día y la noche en cada hemisferio. Durante el verano en el hemisferio norte, el día es más largo y la noche es más corta debido a la posición de la Tierra en su órbita. En el hemisferio sur, el día es más corto y la noche es más larga.
La combinación de estos efectos de la inclinación axial en la radiación solar y la duración del día y la noche resulta en las estaciones que vemos en la Tierra. El verano es cálido y con días largos en el hemisferio norte, mientras que el invierno es frío y con días cortos. En el hemisferio sur, el verano es cálido y con días cortos, mientras que el invierno es frío y con días largos.
Sin embargo, debemos mencionar que esta explicación se refiere a las estaciones en el hemisferio Norte, donde se suele hacer referencia a las estaciones del año (primavera, verano, otoño e invierno) y en otras regiones del mundo, las estaciones pueden variar debido a factores como la latitud, la altitud y la distancia al mar.