La comunicación entre las plantas es un tema de gran interés en la actualidad debido a la creciente evidencia de que las plantas pueden interactuar entre sí de maneras complejas.
Los estudios realizados en este campo han demostrado que las plantas pueden comunicarse mediante una variedad de mecanismos, incluyendo el uso de feromonas, la liberación de compuestos químicos y el cambio en la estructura de las raíces.
Una de las formas más conocidas de comunicación entre las plantas es mediante el uso de feromonas. Las feromonas son compuestos químicos que las plantas emiten para atraer a los polinizadores o para repeler a los herbívoros. Los estudios han demostrado que las feromonas también pueden utilizarse para comunicarse entre plantas de la misma especie, ayudando a coordinar el crecimiento y la reproducción.
Uno de los estudios más notables sobre la comunicación entre las plantas fue realizado por el biólogo suizo Jürg Schönenberger. En su experimento, Schönenberger descubrió que cuando una planta de tabaco era atacada por un insecto, emitía una señal química que alertaba a las plantas vecinas de que estaban en peligro. Como resultado, las plantas vecinas producían una sustancia tóxica que repelía a los insectos.
En 2008, un equipo de investigadores de la Universidad de Bonn, en Alemania, publicó un estudio en el que demostraron que las plantas de tomate liberan un compuesto volátil llamado etileno cuando están bajo ataque de plagas, lo que alerta a otras plantas de tomate cercanas para que produzcan sustancias químicas protectores.
En 2010, un equipo de investigadores de la Universidad de Tel Aviv, en Israel, publicó un estudio en el que mostraron que las plantas son capaces de detectar y responder a los campos eléctricos generados por los animales, como los insectos, al cambiar la dirección de crecimiento de sus hojas.
Otro estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Western Sydney, en Australia, demostró que las plantas son capaces de comunicarse entre sí mediante el intercambio de compuestos volátiles, incluso a través de varias especies vegetales diferentes. Los investigadores descubrieron que esta comunicación entre plantas puede afectar a su crecimiento, reproducción y resistencia a plagas y enfermedades.
También en 2017, un equipo de investigadores de la Universidad de California, en Berkeley, publicaron un estudio en el que mostraron que las plantas son capaces de reconocer y responder a las señales de otras plantas de la misma especie que están siendo atacadas por plagas. Los investigadores descubrieron que las plantas liberan compuestos volátiles para alertar a las plantas vecinas de la presencia de plagas, permitiéndoles prepararse para futuros ataques.
Finalmente, los estudios han demostrado que las plantas también pueden comunicarse a través del cambio en la estructura de sus raíces. Las raíces de las plantas pueden crecer hacia las raíces de las plantas vecinas y entrelazarse, lo que permite una mayor intercambio de nutrientes y agua. Además, se ha descubierto que las raíces de las plantas pueden emitir compuestos químicos para comunicarse con otras plantas.
En 2013, un equipo de investigadores de la Universidad de Sussex, en Reino Unido, publicó un estudio en el que mostraron que las plantas son capaces de comunicarse entre sí a través de una red de hongos micorrícicos que crecen en sus raíces. Los investigadores descubrieron que las plantas comparten información sobre el suministro de nutrientes y las condiciones del suelo a través de esta red de hongos.