Decimos que bebemos algo «palo seco» cuando no lo acompañamos con ningún tipo de aderezo habitual, o cuando bebemos algún licor sin hielo ni nada que lo «rebaje».
Aunque suene raro, su origen está en la jerga marinera, y no precisamente por la preferencia de los piratas por beber ron «a palo seco», sino de la forma de navegar cuando el viento era demasiado fuerte, corriendo las velas el riesgo de romperse si eran usadas o peor aún, romper los mástiles y postes; de manera que se recogían y se navegaba a «palo seco» o «árbole seco», es decir, con el mástil desnudo, sin velas desplegadas.
Derivando posteriormente hasta el uso que actualmente le damos a la expresión.