El efecto espectador es un fenómeno psicológico que se refiere a la tendencia de las personas a no intervenir o actuar en situaciones de emergencia o peligro cuando se encuentran en grupo. Este efecto se produce cuando las personas asumen que alguien más se encargará de la situación o que su intervención no será necesaria.
El efecto espectador se ha estudiado ampliamente en el campo de la psicología social y ha sido observado en diversas situaciones, desde accidentes de tráfico hasta situaciones de violencia. Uno de los casos más conocidos del efecto espectador es el llamado «incidente de Kitty Genovese», en el que una mujer fue asesinada en Nueva York mientras que varios testigos presenciaron el ataque sin intervenir.
El efecto espectador se debe a varios factores, entre ellos la tendencia de las personas a seguir la conducta de los demás en situaciones de emergencia. Cuando estamos en grupo, a menudo buscamos a los demás para ver cómo debemos actuar o qué debemos hacer. Si vemos que los demás no están haciendo nada, es más probable que nos sintamos justificados para no intervenir.
Otro factor que contribuye al efecto espectador es la difusión de responsabilidad. Cuando estamos en grupo, es más fácil asumir que alguien más se encargará de la situación o que nuestra intervención no será necesaria. Esto se debe a que, al estar en grupo, dividimos la responsabilidad entre todos nosotros y es menos probable que nos sintamos personalmente responsables de intervenir.
El efecto espectador también puede ser influenciado por el miedo o la incertidumbre. En situaciones de emergencia, es natural sentir miedo o incertidumbre sobre cómo actuar. Si no estamos seguros de cómo manejar la situación o si tenemos miedo de hacer algo incorrecto, es más probable que optemos por no intervenir.