El ciprés es el árbol que sin duda asociamos con los cementerios, ya que casi todos tienen alguno en su interior o alrededores.
Los cipreses se han utilizado en estos lugares desde la antigüedad ya que se creía que su forma estilizada y puntiaguda podía servir como una especie de conducto o antena para que el alma de los difuntos encontrasen más fácilmente el camino hacia el cielo.
También existe una leyenda que asocia este árbol con los cementerio, desde que Cipariso fue convertido en árbol por el dios Apolo debido a que mató accidentalmente a un ciervo que había domesticado. El dolor tan intenso que le produjo esta perdida hico que le rogase a este dios que le permitiera llorar su pérdida para siempre, por lo que Apolo, atendiendo a su súplica, lo transformó en un ciprés.