Actualmente, que las novias que van a casarse utilicen un vestido blanco es de lo más común, puesto que el blanco se considera símbolo de pureza, virginidad y castidad.
Pero lo cierto es que esta costumbre es relativamente moderna, ya que se remonta al año 1840, cuando la reina Victoria de Inglaterra se casó con Alberto de Sajonia en uno de los matrimonios más mediáticos de la familia real británica hasta la fecha.
En las bodas reales, el color más utilizado era en plateado, sin embargo la reina se casó de blanco por expreso deseo. En un enlace tan seguido era imposible que pasara desapercibido cualquier detalle y mucho menos el color del vestido de la novia, por lo que las fotos del enlace se viralizaron rápidamente (con los medios de la época ¡no olvidemos que por entonces no existian redes sociales!).
Esto hizo que muchas futuras novias quisieran casarse de la misma manera que la reina, haciendo que los vestidos de novia blancos se pusieran de moda al instante; costumbre que seguimos practicando hoy.
Cabe mencionar que antes de esta «moda», los colores de los vestidos de novia eran muy diferentes aunque rara vez se utilizaba el negro.
Por supuesto esta costumbre varía según la cultura en la que nos encontremos. Por ejemplo en China, India y otras culturas orientales, las novias suelen llevar un vestido rojo o la combinación de blanco y rojo (el rojo simboliza buena fortuna y suerte), o en las bodas japonesas, las novias visten a menudo diferentes vestidos de colores a lo largo de la ceremonia.