El mal de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que afecta al sistema nervioso central y se caracteriza principalmente por la pérdida progresiva de ciertas neuronas en el cerebro que producen dopamina, un neurotransmisor que juega un papel importante en la regulación del movimiento y el equilibrio.
La falta de dopamina en el cerebro puede provocar síntomas como temblores, rigidez muscular y dificultad para moverse y realizar actividades diarias.
Aunque se desconoce exactamente qué causa el mal de Parkinson, se cree que puede ser debido a una combinación de factores genéticos y ambientales. Algunos estudios han sugerido que el tabaquismo, la exposición a ciertos productos químicos y la infección por ciertos virus pueden aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad.
El mal de Parkinson es una enfermedad crónica que no tiene cura, pero los tratamientos pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. Estos tratamientos incluyen medicamentos que aumentan los niveles de dopamina en el cerebro, terapias para mejorar la movilidad y el equilibrio y, en algunos casos, cirugía para implantar estimuladores cerebrales.