Cuando se trata de adelgazar, mucha gente se pregunta: ¿A dónde va la grasa que perdemos? ¿Simplemente se evapora en el aire? La respuesta es un poco más complicada de lo que se podría pensar. En este artículo, exploraremos cómo el cuerpo almacena la grasa y qué sucede cuando perdemos peso.
Primero, es importante entender cómo funciona el cuerpo para almacenar grasa. El cuerpo almacena la grasa en células especializadas llamadas adipocitos. Estas células se encuentran en todo el cuerpo, pero son más comunes en ciertas áreas, como el abdomen, los muslos y las nalgas.
Cuando comemos alimentos que contienen grasas, el cuerpo las descompone en moléculas más pequeñas llamadas ácidos grasos y glicerol. Estas moléculas son transportadas a los adipocitos y almacenadas como grasa. Cuando necesitamos energía, el cuerpo descompone la grasa almacenada y la utiliza como combustible.
Entonces, ¿qué sucede cuando perdemos peso? Cuando quemamos más calorías de las que consumimos, el cuerpo comienza a descomponer la grasa almacenada para obtener energía. Esto se conoce como un déficit de calorías.
Cuando se descompone la grasa almacenada, el cuerpo convierte los ácidos grasos en dióxido de carbono, agua y energía. El agua se elimina del cuerpo a través de la orina y el sudor, mientras que el dióxido de carbono es eliminado a través de la respiración. Sí, eso es correcto: la mayor parte de la grasa que perdemos se elimina a través de la respiración.
La cantidad de dióxido de carbono que se produce cuando se quema grasa es sorprendente. Por ejemplo, cuando una persona pierde 10 kilos de grasa, se producen aproximadamente 29 kilos de dióxido de carbono y 11 kilos de agua. La mayoría de la gente no se da cuenta de esto, ya que el dióxido de carbono que se produce es inodoro e incoloro.
Es importante destacar que aunque el cuerpo elimina la mayoría de la grasa que se pierde a través de la respiración, no es suficiente simplemente respirar más rápido o más profundamente para quemar más grasa. El cuerpo necesita estar en un déficit de calorías para descomponer la grasa almacenada y quemarla como combustible.