Úbeda es una bella localidad de la provincia de Jaén (España) reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
Allí, hacia 1233, estalló una guerra entre los almohades y los cristianos que querían tomar la ciudad.
Con esto en mente, cuenta la leyenda que Alvar Fañez (alias «El Mozo») fue enviado por sus superiores a un cerro cercano para realizar labores de vigilancia ante el ataque que iban a realizar a la ciudad.
El ataque se llevó a cabo, pero no se tenían noticias del citado Alvar, del que no se supo sino hasta que éste había terminado.
Ante esta ausencia, fue preguntado por la causa de la misma una vez que se presentó ante su superior, a lo que adujo que se había perdido por los cerros… algo impensable debido a la poca extensión de los mismos (algunas fuentes citan un amorío con una chica musulmana, otros que el miedo a lo que estaba por venir lo mantuvo oculto).
El hecho es que de aquí deriva esta expresión que originalmente se usó para denotar falta de coraje y evolucionó su significado hasta el presente, cuando lo usamos para denotar a alguien está dando rodeos a una explicación para evitar contar lo que le realmente está siendo requerido.