La velocidad de la luz es uno de los conceptos más importantes en la física moderna y se ha convertido en uno de los pilares de nuestro entendimiento del universo. La velocidad de la luz es la velocidad máxima a la que pueden viajar las ondas electromagnéticas en el espacio vacío y es denotada con la letra c. La velocidad de la luz es aproximadamente de 299.792.458 metros por segundo, lo que significa que es casi tres veces más rápida que el sonido y más de un millón de veces más rápida que el cohete más veloz jamás construido.
La velocidad de la luz es una constante fundamental en la física y es independiente de la velocidad del observador. Esto significa que si dos personas están observando un objeto que se está moviendo a la velocidad de la luz, ambas personas verán el objeto viajar a la misma velocidad, independientemente de su propia velocidad de movimiento. Esto es muy diferente de cómo funcionan las cosas en nuestra experiencia diaria, donde objetos que se están moviendo más rápido parecen más lentos cuando están lejos y más rápidos cuando están cerca.
Aunque la velocidad de la luz es increíblemente rápida, todavía hay cosas que pueden viajar más rápido. Por ejemplo, las partículas subatómicas, como los electrones, pueden viajar a velocidades ligeramente superiores a la velocidad de la luz en ciertas circunstancias. Sin embargo, estas partículas tienen que interactuar con un medio, como un campo electromagnético o un material, para poder viajar a estas velocidades. En el espacio vacío, la velocidad de la luz sigue siendo el máximo.
La velocidad de la luz es importante porque tiene un gran impacto en cómo funciona el universo. Por ejemplo, la luz es el medio más rápido para transmitir información y, como resultado, la luz es lo que nos permite ver cosas que están lejos de nosotros. Además, la velocidad de la luz es un límite para la velocidad a la que las cosas pueden moverse en el universo. Esto significa que si algo quisiera viajar a velocidades superiores a la velocidad de la luz, tendría que superar una barrera física imposible de cruzar.