Cuando decimos que alguien tiene o está con «la mosca detrás de la oreja» queremos decir que la persona permanece extremadamente atenta a algo; una atención generalmente ocasionada por algún tipo de desconfianza.
Hay que aclarar que la mosca citada en este caso no se trata de un insecto; la mosca aquí utilizada era un tipo de mecha usada en el pasado para disparar un arma de tal forma que, una vez prendida, se disponía de un cierto tiempo para apuntar y precisar el disparo (lo cual requería de una grán atención), gracias al tipo de mecanismo que le hacía entrar en contacto con la pólvora.
Una vez se había usado y apagado convenientemente, la mosca se colocaba tras la oreja, de forma que era fácilmente accesible en caso de tener que volver a utilizarla.