Las luces de las calles amarillas tienen una razón científica detrás de su elección como color predominante. Aunque algunas ciudades utilizan luces de diferentes colores en sus calles, como las azules o las verdes, la mayoría de las ciudades utilizan luces amarillas para iluminar sus calles.
Una de las principales razones por las que se utilizan luces amarillas en las calles es debido a su capacidad para mejorar la visibilidad. La razón por la cual vemos mejor longitudes de onda amarillas es debido a la forma en que nuestros ojos están diseñados.
La retina, la parte del ojo que detecta la luz, tiene una gran cantidad de conos y bastones. Los conos se activan en condiciones de luz brillante y nos permiten ver los colores, mientras que los bastones se activan en condiciones de poca luz y nos permiten ver en blanco y negro. Los conos tienen una mayor sensibilidad a las longitudes de onda amarillas y verdes, lo que significa que vemos mejor en estas regiones del espectro de luz.
Puesto que el amarillo es un color que se percibe mejor por el ojo humano en comparación con otros colores, el uso de este color se hace más eficiente en términos de iluminación.
Otra razón por la que se utilizan luces amarillas en las calles es debido a su capacidad para reducir la fatiga visual. El amarillo es un color que menos cansa menos al ojo humano, lo que lo hace ideal para iluminar las calles durante largos períodos de tiempo. Esto es especialmente importante para los conductores, ya que la fatiga visual puede ser peligrosa en la carretera.
Además, las luces amarillas tienen un menor impacto ambiental que otros colores. El amarillo es un color que se refleja mejor en la naturaleza y tiene un menor impacto en los animales y plantas nocturnas. Esto es especialmente importante en áreas naturales o zonas rurales donde la iluminación artificial puede tener un impacto significativo en el medio ambiente.
La elección de luces amarillas también tiene un aspecto económico. Las luces amarillas son generalmente más económicas que otras opciones de iluminación, ya que requieren menos energía para producir la misma cantidad de luz percibida. Esto permite a las ciudades ahorrar dinero en costos de energía y mantenimiento a largo plazo.
En conclusión, las luces amarillas son utilizadas en las calles debido a su capacidad para mejorar la visibilidad, reducir la fatiga visual, tener menor impacto ambiental y ser más económicas. Aunque algunas ciudades utilizan luces de diferentes colores en sus calles, la mayoría utilizan luces amarillas debido a sus beneficios comprobados.