La sensación de ceguera temporal después de exponerse a un flash de luz se conoce como fotopsia. Este fenómeno se debe a la forma en que nuestros ojos procesan la luz.
La luz entra en el ojo a través de la córnea y la lente, y luego llega a la retina, donde se detecta y se convierte en señales eléctricas que viajan al cerebro para ser procesadas y percibidas como imágenes. La retina es sensible a la luz y contiene células especializadas llamadas fotorreceptores, que se dividen en dos tipos: los conos y los bastones. Los conos se activan en condiciones de luz brillante y nos permiten ver con claridad, mientras que los bastones se activan en condiciones de poca luz y nos permiten ver en la oscuridad.
Cuando se expone a un flash de luz, los fotorreceptores de la retina se activan de manera brusca y producen una gran cantidad de señales eléctricas que viajan al cerebro. Esto puede causar una sobrecarga temporal en el sistema visual, lo que resulta en la sensación de ceguera temporal.
Además, el flash también puede causar una respuesta temporal en los músculos del ojo, llamada reflejo fotomotor, el cual hace que los ojos se cierren temporalmente para proteger la retina de la luz brillante. Este reflejo es automático y no puede ser controlado conscientemente.
Aunque esta sensación de ceguera es temporal, es recomendable evitar exponer a los ojos a flashes constantes y brillantes ya que esto puede ocasionar irritaciones o daños a largo plazo.