Cuando nuestros dedos están sumergidos en el agua durante un tiempo prolongado, la piel de nuestros dedos se hincha debido a la absorción de agua. Esto hace que la piel se vuelva más elástica y flexible. Al mismo tiempo, la capa exterior de la piel, llamada capa córnea, se vuelve más delgada. Cuando la piel se hincha y se vuelve más elástica y la capa córnea se vuelve más delgada, nuestros dedos se arrugan como una forma de adaptarse a estos cambios.
Esto es similar a lo que sucede cuando nuestros dedos se mojan con agua y luego se secan. La piel de nuestros dedos se hincha y se vuelve más elástica cuando está mojada, y luego se arruga cuando se seca y vuelve a su forma normal.
Es importante tener en cuenta que esto es una respuesta natural del cuerpo y no es algo de lo que debamos preocuparnos. Además, este proceso es reversible y nuestros dedos volverán a su forma normal una vez que la piel se haya secado y se haya ajustado de nuevo a su estado normal.