Por chorrada, nos referimos a tonterías, algo que no tiene valor ni la más mínima importancia.
El origen de esta expresión lo encontramos en la venta a granel de ciertos líquidos como leche, aceite, alcohol, etc…
En el pasado, la gente acudía a las tiendas a comprar cierta cantidad de alguno de los líquidos mencionados, y el vendedor lo despachaba amablemente añadiendo siempre tras alcanzar la medida acordada un «chorrito» más a modo de propina.
Al parecer este «chorrito» (chorrada) no era ni mucho menos generoso, sino todo lo contrario. Debía tratarse de algo insignificante, pues esta expresión se empezó a aplicar con el significado anteriormente detallado.