La amapola, una flor de color rojo vibrante y conocida por su belleza, es mucho más que un simple adorno. Escondido detrás de su hermosura se encuentra uno de los productos más controvertidos y demandados del mundo: el opio.
Sí, es cierto que el opio se extrae de las amapolas. En particular, se extrae de la semilla de la planta de amapola, que contiene alcaloides opiáceos, incluyendo morfina y codeína. Estos alcaloides se utilizan en medicamentos para el tratamiento del dolor y la tos, así como en drogas recreativas y ilegales.
La extracción del opio se realiza a través de un proceso conocido como incisión, que consiste en hacer incisiones en los capullos de la planta de amapola y recoger la sustancia pegajosa y viscosa que se filtra. Este proceso se repite varias veces al día durante la floración de la planta.
El opio es una industria grande y llena de controversia, ya que mientras que se utiliza como un analgésico valioso en medicamentos, también se utiliza para la producción de drogas ilegales como la heroína. Además, muchos países, incluido el Reino Unido, están luchando contra el cultivo y la producción ilegal de amapolas en un esfuerzo por combatir el tráfico de drogas y sus graves efectos en la sociedad.