La Real Academia Española de la Lengua define la palabra nefasto como «dicho de un día o de cualquier otra división del tiempo: triste, funesto, ominoso» o «dicho de una persona o de una cosa: Desgraciada o detestable«.
El origen de esta palabra lo encontramos en la antigua Roma, donde se designaba bajo este término a una serie de días en los cuales la actividad normal se veía interrumpida, debido a la prohibición de realizar las acciones cotidianas, pues estos días estaban dedicados a los dioses.
En estos días no se podían hacer acciones habituales de la época como guerrear, administrar justicia, hacer negocios… sino que se reservaban exclusivamente a la actividad religiosa.
En el día opuesto se encontraban los días «fastos», en los que todo lo anterior estaba permitido, exceptuando los denominados días «comitiales» en los que se llevaban a cabo elecciones (comicios).
De la negación de estos días «fastos» (no-fasto) surge la palabra «nefasto».