Todos sabemos que el color de la sangre es rojo, pero ¿sabías que existen animales cuya sangre es de color azul?
La sangre de la langosta (palinurus elephas), por ejemplo, es incolora, pero al entrar en contacto con el oxígeno del aire, ésta se vuelve de color azul. La razón es que en lugar de hemoglobina en la sangre para transportar el oxígeno, la sangre de éste crustáceo contiene hemocianina que si bien desempeña una función similar a la de la hemoglobina, en lugar de estar compuesta por hierro, está compuesta por átomos de cobre. El cobre al oxidarse se torna color azul.
La hemocianina está presente en la sangre de otros crustáceos como el cangrejo de herradura, arácnidos y moluscos. Su función, tal como hemos mencionado, es equivalante a la que la hemoglobina realiza en la sangre de los seres humanos y otros animales, aunque el transporte de oxígeno no es tan eficiente.
La hemocianina tiene un gran interés en farmacología, y es usada, por ejemplo, como transportadora para producir anticuerpos y como transportador-adyuvante en vacunas experimentales terapéuticas contra el cáncer.