El megalodón era un enorme tiburón que vivió en los océanos durante la era del Mioceno y el Plioceno, hace entre 23 y 3,6 millones de años. Aunque es conocido por su tamaño impresionante, con una longitud estimada de hasta 18 metros, existen muchas leyendas y teorías sobre el megalodón que no están respaldadas por la evidencia científica.
Una de las principales pruebas de la existencia del megalodón son los fósiles de dientes y mandíbulas que han sido encontrados en todo el mundo. Estos fósiles son muy comunes y se han encontrado en muchos lugares diferentes, lo que sugiere que el megalodón era una especie muy común en su época. Además, estos fósiles muestran que el megalodón tenía una mandíbula enorme y dientes afilados y curvos, lo que indica que era un depredador muy efectivo.
Otra prueba de la existencia del megalodón es la presencia de otros fósiles de animales marinos que se cree que fueron presas del tiburón. Estos incluyen fósiles de ballenas y delfines, que se cree que eran parte de la dieta del megalodón. Además, se han encontrado fósiles de tiburones más pequeños que se cree que eran depredadores menores del megalodón.
Algunas personas creen que el megalodón todavía existe y se esconde en los océanos profundos. Sin embargo, no hay evidencia científica que respalde esta teoría y se cree que el megalodón es una especie extinta. Aunque es posible que hayan existido otras especies de tiburones gigantes en el pasado, no hay evidencia de que ninguna de ellas aún exista hoy en día.