La goma de mascar es un producto que se ha utilizado durante siglos para combatir el mal aliento y mantener una sensación fresca en la boca. Aunque su origen es incierto, se cree que los indios americanos ya la usaban hace más de cinco mil años. Sin embargo, la goma de mascar moderna fue inventada en 1869 por el farmacéutico estadounidense William F. Semple.
Semple, originario de Ohio, comenzó a experimentar con la goma arábiga, una resina vegetal, para crear una goma de mascar que pudiera ser utilizada como una cura para la adicción al tabaco. Tras varios años de investigación y experimentación, logró crear una goma de mascar sólida que se podía masticar con facilidad.
La goma de mascar de Semple se comercializó como un producto medicinal para combatir el mal aliento y la adicción al tabaco. Sin embargo, su popularidad no fue inmediata. No fue hasta los años 20 del siglo XX, cuando comenzó a convertirse en un producto popular.
La comercialización del chicle ha evolucionado significativamente desde que fue inventado en 1869 por el farmacéutico estadounidense William F. Semple. A medida que el chicle se convirtió en un producto popular, las empresas comenzaron a competir por la atención de los consumidores mediante la creación de campañas publicitarias innovadoras y el lanzamiento de nuevos sabores y presentaciones.
En sus inicios, la publicidad en torno a la goma de mascar, se centraba principalmente en su capacidad para combatir el mal aliento y la adicción al tabaco. Sin embargo, con el tiempo, las empresas comenzaron a enfocarse en la diversión y el sabor como principales atributos del chicle. En los años 20 del siglo XX, las empresas comenzaron a añadir sabor a la goma, lo que ayudó a impulsar su popularidad entre los consumidores.
En la década de 1920, el chicle Dubble Bubble, fabricado por la Fleer Corporation, se convirtió en el primer chicle de burbujas de la historia, y su publicidad se centró en la capacidad de hacer burbujas con el chicle. Esta innovación en el producto y su publicidad ayudó a impulsar su popularidad y se convirtió en uno de los chicles más vendidos de todos los tiempos.
En la década de 1950, la publicidad del chicle se centró en la diversión y la aventura, con campañas publicitarias que mostraban a niños jugando y haciendo travesuras mientras masticaban chicle. Además, las empresas comenzaron a lanzar chicles con sabores y formas innovadoras para atraer a los consumidores.
En la actualidad, la publicidad del chicle sigue evolucionando, con enfoque en la salud y la nutrición, como chicles sin azúcar y chicles con edulcorantes, así como en la innovación y el sabor. las empresas utilizan las redes sociales y la publicidad en línea para llegar a los consumidores jóvenes, y también han comenzado a colaborar con celebridades y personalidades influyentes para promocionar sus productos.