La Torre de Pisa es uno de los monumentos más famosos de Italia y del mundo entero. Su inclinación única ha fascinado a los visitantes durante siglos. Pero, ¿cómo y por qué se inclinó la Torre de Pisa? En este artículo, exploraremos la historia detrás de la inclinación de la Torre de Pisa y los esfuerzos para salvar este icónico edificio.
La construcción de la Torre de Pisa comenzó en agosto de 1173, como parte de un conjunto de edificios que formarían la catedral de Pisa. La torre se construyó sobre un suelo compuesto por arcilla, arena y limo, lo que resultó ser un problema para su estabilidad. A medida que la construcción avanzaba, los cimientos de la torre comenzaron a hundirse en el suelo blando. Como resultado, la torre comenzó a inclinarse hacia el sur.
Los arquitectos de la época intentaron corregir el problema agregando capas adicionales de mampostería a un lado de la base de la torre, pero esto solo empeoró la inclinación. A medida que la torre alcanzaba su cuarto nivel, los trabajos se suspendieron durante casi un siglo debido a las guerras y otras dificultades económicas. Esto permitió que el suelo asentara aún más, y la torre comenzó a inclinarse aún más.
En el siglo XIV, la torre alcanzó su séptimo nivel, y su inclinación era de aproximadamente 1.5 metros en el lado sur. Se agregaron ocho columnas al lado norte de la torre en un intento de equilibrarla, pero esto no fue efectivo.
En los siglos siguientes, la torre siguió inclinándose gradualmente. En 1838, el físico francés Jean-Baptiste Biot fue el primero en medir la inclinación de la torre de manera científica, utilizando una serie de mediciones y cálculos matemáticos. Descubrió que la inclinación era de 1.8 metros en el lado sur y que la torre se inclinaba a una tasa de aproximadamente 1 milímetro por año.
Durante los siglos XIX y XX, se llevaron a cabo varios esfuerzos para estabilizar la torre. En 1934, se construyó una rampa de tierra alrededor de la base de la torre para evitar que se inclinara aún más. Durante la Segunda Guerra Mundial, se retiraron las campanas de la torre para evitar que fueran destruidas durante los bombardeos.
En 1987, la Torre de Pisa fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sin embargo, a medida que aumentaba el número de visitantes, aumentaba la preocupación por la seguridad de la torre. En 1990, se cerró la torre al público para realizar trabajos de restauración y estabilización.
Durante los siguientes años, se realizaron una serie de esfuerzos para estabilizar la torre. Se retiró la rampa de tierra alrededor de la base y se agregaron contrapesos de plomo al lado norte de la torre para equilibrarla. También se inyectaron resinas y cementos en el suelo debajo de la torre para mejorar su estabilidad y se colocaron varillas de acero en el interior de la torre para evitar que se colapse.
En 1998, se reabrió la torre al público después de una restauración de 11 años y se colocó un límite de visitantes para reducir el estrés en la estructura. Además, se realizan monitoreos regulares para evaluar la inclinación de la torre y cualquier posible cambio en su estabilidad.
En 2008, los ingenieros anunciaron que la inclinación de la Torre de Pisa se había reducido en 40 centímetros debido a los esfuerzos de estabilización. La torre ahora tiene una inclinación de aproximadamente 4 grados, en lugar de los 5.5 grados que tenía en el siglo XIX.
A pesar de su inclinación, no cabe duda que la Torre de Pisa es una de las atracciones turísticas más popular del mundo.