Cada año, el 14 de febrero, una multitud de personas en todo el planeta se sumerge en una expresión apasionada de amor hacia sus seres queridos al celebrar el Día de San Valentín y compartir regalos emotivos. Aunque esta práctica es común, no todos están familiarizados con los orígenes y la historia del patrón de los enamorados, San Valentín.
La intrincada trama de la historia de San Valentín se remonta al siglo III, una época en la que el cristianismo se propagaba por el Imperio Romano a pesar de las persistentes persecuciones dirigidas por las autoridades romanas. Es en este contexto que surge la tradición que gira en torno a tres mártires romanos llamados Valentín.
Entre las figuras históricas y las leyendas, el 14 de febrero se designa como el onomástico de San Valentín, pero la identidad precisa de este popular santo sigue siendo objeto de debate. Algunas fuentes señalan a San Valentín de Terni como el auténtico, mientras que otras mencionan a un tal Valentino que sufrió martirio en África. No obstante, la versión más romántica, o quizás legendaria, es la de San Valentín de Roma.
Según la tradición, San Valentín de Roma era un sacerdote que ofrecía apoyo espiritual a los cristianos encarcelados durante las persecuciones, ayudándolos a enfrentar el martirio y la muerte. Otra narrativa sugiere que este sacerdote desafiaba las prohibiciones romanas al casar secretamente a parejas jóvenes, a pesar de la oposición de las autoridades. Cuando finalmente fue descubierto, Valentín enfrentó el martirio y fue decapitado.
Existe incluso una versión menos creíble que narra cómo Valentín, mientras estaba preso, se enamoró de la hija de su carcelero y le dedicó una apasionada carta de amor que firmaba como «de tu Valentín». Esta historia ha sido considerada como el origen de la tradición de enviar cartas y postales de amor que los enamorados intercambian cada 14 de febrero.
A finales del siglo V, la Iglesia Católica adopta las leyendas sobre San Valentín e institucionaliza su conmemoración el 14 de febrero, en un intento de cristianizar la antigua festividad pagana de las Lupercales que se celebraba a mediados de febrero. A pesar de esto, la Iglesia siempre albergó dudas sobre la veracidad histórica de los hechos relacionados con San Valentín.
Durante la Edad Media, el amor romántico se asoció cada vez más a la figura heroica y mitológica de San Valentín, consolidándose la leyenda del patrón de los enamorados. A lo largo de los siglos, esta fábula se fue expandiendo y adornando hasta llegar a la actualidad.
En un intento de depurar el santoral de figuras de origen legendario, la Iglesia Católica eliminó la festividad de San Valentín del calendario eclesiástico en 1969. Sin embargo, la tradición persiste en la celebración secular del Día de San Valentín.
Fue en el siglo XIX, en los países anglosajones, cuando comenzó la tradición de intercambiar postales con mensajes amorosos el Día de los Enamorados. Posteriormente, esta costumbre se amplió a regalos como rosas, bombones y joyas. A lo largo del siglo XX, el comercio y la publicidad adoptaron la figura de San Valentín para convertir el 14 de febrero en una fecha destacada para impulsar las ventas.
Hoy en día, independientemente de sus orígenes y la controversia que rodea la historia de San Valentín, el 14 de febrero se ha arraigado como una fecha significativa en el calendario de millones de parejas en todo el mundo. Es un día dedicado a compartir regalos, ya sean materiales o simbólicos, y a expresar de manera especial el amor hacia la pareja, convirtiéndolo en una celebración del afecto y la conexión emocional.