Amor y SexoAnimalesArte y CineCienciaCostumbres y CreenciasCriminologíaDeporteEconomíaGastronomíaHistoriaLenguajeLeyesLiteraturaModa y TendenciasNaturalezaPsicologíaReligiónSaludSociologíaTecnologíaUniversoViajar

¿Cuánto duró la Guerra de los Cien Años?

Historia
Tiempo de lectura: 5 min

La Guerra de los Cien Años es uno de los conflictos bélicos más largos e influyentes de la historia europea. A pesar de lo que su nombre sugiere, este conflicto no duró exactamente un siglo. De hecho, la guerra abarcó un período de 116 años, desde 1337 hasta 1453. Durante este tiempo, Inglaterra y Francia se enfrentaron en una serie de conflictos que llevaron a cambios significativos en la política, la economía y la cultura de ambos países.

El origen de la Guerra de los Cien Años se encuentra en la disputa por la sucesión al trono de Francia. Tras la muerte del rey Carlos IV en 1328, se desencadenó una crisis de sucesión que enfrentó a dos familias nobles francesas: los Valois y los Plantagenet. Los Valois afirmaban tener un derecho legítimo a la corona debido a su ascendencia directa, mientras que los Plantagenet argumentaban que tenían derecho a través de la línea masculina. Finalmente, Felipe VI de Valois fue coronado rey de Francia en 1328, pero la cuestión de la sucesión siguió siendo un punto de conflicto.

El detonante de la Guerra de los Cien Años fue la decisión del rey Eduardo III de Inglaterra de reclamar el trono francés en 1337. Eduardo III era nieto de Felipe IV de Francia y argumentaba que tenía derecho a la corona a través de su madre, Isabel de Francia. Además, Eduardo III había acumulado una gran deuda con los banqueros de Flandes, que eran vasallos del rey francés.

Para pagar su deuda, Eduardo III propuso un acuerdo comercial con Flandes que implicaba la anexión de este territorio por parte de Inglaterra. Felipe VI rechazó la propuesta de Eduardo III, lo que llevó a Inglaterra a declarar la guerra.

Durante los primeros años de la Guerra de los Cien Años, Inglaterra tuvo éxito en sus campañas militares. La infantería inglesa, equipada con arcos largos, demostró ser muy efectiva contra la caballería pesada francesa. En 1346, el príncipe de Gales, Eduardo, conocido como el Príncipe Negro, lideró una victoria decisiva en la Batalla de Crécy. En 1356, Eduardo volvió a vencer en la Batalla de Poitiers, capturando al rey Juan II de Francia.

A pesar de estos éxitos militares, la situación política en Inglaterra se complicó en la década de 1370. Eduardo III murió en 1377 y fue sucedido por su nieto Ricardo II, que fue incapaz de mantener el control sobre la nobleza inglesa. En Francia, el rey Carlos V inició una campaña de reconquista que devolvió gran parte de los territorios que Inglaterra había conquistado en los primeros años de la guerra.

En 1415, el rey Enrique V de Inglaterra lanzó una invasión de Francia. Enrique V logró una victoria decisiva en la Batalla de Agincourt, pero no pudo aprovechar su triunfo para asegurar una victoria completa. En cambio, se centró en establecer su autoridad sobre Normandía y otras regiones clave en Francia. En 1420, Enrique V firmó el Tratado de Troyes con el rey Carlos VI de Francia, que otorgó a Enrique V el título de regente de Francia y la mano de la hija del rey, Catalina de Valois. Sin embargo, la muerte prematura de Enrique V y la llegada al trono de Francia de Carlos VII, que rechazó el tratado, llevaron a una reanudación de las hostilidades.

La Guerra de los Cien Años entró en una nueva fase en 1429, cuando una campesina adolescente llamada Juana de Arco se presentó ante el delfín Carlos, heredero al trono francés, y afirmó que había recibido visiones divinas que le ordenaban expulsar a los ingleses de Francia. Juana lideró a las tropas francesas en varias victorias, incluyendo la liberación de la ciudad de Orleans. Sin embargo, Juana fue capturada por los ingleses en 1430 y condenada por herejía. Fue quemada en la hoguera en 1431, pero su legado inspiró a las fuerzas francesas a seguir luchando.

En la década de 1440, la situación militar en Francia comenzó a cambiar a favor de los franceses. En 1449, el rey francés Carlos VII lideró una campaña para reconquistar Normandía, que había estado en manos inglesas desde la invasión de 1066. En 1450, los franceses recuperaron la ciudad de Cherburgo, y en 1453, la última fortaleza inglesa en Francia, Calais, cayó en manos francesas. Con la pérdida de Calais, Inglaterra perdió su última posesión territorial en Francia y la Guerra de los Cien Años llegó a su fin.

La Guerra de los Cien Años dejó un legado duradero en la historia europea. En Inglaterra, la guerra llevó a un fortalecimiento del poder monárquico y una reducción del poder de la nobleza. También impulsó el desarrollo de la industria textil, ya que la demanda de uniformes militares y banderas aumentó durante el conflicto. En Francia, la guerra llevó a una mayor consolidación del poder real y una reducción del poder de la nobleza regional. También se produjo un aumento en la conciencia nacional francesa, ya que la guerra fue vista como una lucha por la supervivencia de la nación.

Le puede interesar