La costumbre de comer pescado durante la Semana Santa tiene sus raíces en la tradición cristiana. Durante la Semana Santa, los cristianos conmemoran la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. Es una época de reflexión y penitencia, y durante este tiempo muchos cristianos eligen abstenerse de comer carne y optar por alimentos más sencillos y espirituales, como el pescado.
La práctica de abstenerse de comer carne durante la Semana Santa se remonta a la época de la Iglesia Primitiva, cuando los cristianos observaban un ayuno completo durante toda la semana. Con el tiempo, esta práctica evolucionó para incluir la abstención de carne durante al menos algunos días de la Semana Santa.
Esta abstención de comer carne durante la Semana Santa se considera un acto de penitencia y sacrificio que ayuda a los cristianos a reflexionar sobre el sufrimiento y la muerte de Jesús y a recordar su mensaje de amor y redención. La abstención de carne también puede ser vista como una forma de rechazar el consumo excesivo y la indulgencia en placeres mundanos, y en cambio enfocarse en valores más espirituales, puesto que en muchas tradiciones cristianas, el pescado se considera un alimento más «puro» y espiritual que la carne.
Además, el pescado es un alimento más asequible y accesible que la carne en muchas partes del mundo, por lo que su consumo durante la Semana Santa también puede estar motivado por razones prácticas.